Jujuy fue la provincia Argentina que nos
dio paso al exterior, donde le dijimos hasta luego a nuestro querido país. Llegamos
un día antes del inicio del Festival Nacional del Teatro organizado por el INT
y la Secretaría de Cultura de la provincia. Teníamos ganas de ver de qué se
trataba ya que iban a estar muchas provincias del país con sus obras ganadoras,
y algunas invitadas del exterior. También queríamos ver cómo era la movida
teatral allí, más allá del festival, que es una situación excepcional.
La fiesta se desarrolló entre el 2 y el 11
de mayo, proponiendo obras todos los días en la capital de la provincia como
sede principal, y en Palpalá, Perico, San Pedro, Purmamarca, Tilcara, La
Quiaca, y en algunas salas de la provincia de Salta. También se dictaron
talleres.
La apertura fue en el frente de la casa de gobierno en San Salvador de Jujuy con la participación de La Bomba de Tiempo.Pudimos ver una obra de Bolivia llamada “Tu nombre en Palo Escrito”, en el Teatro Mitre.
La apertura fue en el frente de la casa de gobierno en San Salvador de Jujuy con la participación de La Bomba de Tiempo.Pudimos ver una obra de Bolivia llamada “Tu nombre en Palo Escrito”, en el Teatro Mitre.
La historia relata cómo un hombre
interesado por ciertas conveniencias se dirime entre el amor de dos mujeres.
Con un toque de humor y la utilización del flashback, se desarrolló esta obra
destinada al entretenimiento.
Ya saliendo de la ciudad y continuando
nuestro camino, decidimos ir a la plaza central de Purmamarca a ver “San Martín
vuelve”, obra proveniente de Santa Fe. En este espectáculo apreciamos el
despliegue artístico de dos actores que representaron varios personajes,
dejando en claro su gran capacidad de trabajar en la calle con todo lo que ello
implica. Con una escenografía y un vestuario sencillos pero bien ingeniosos,
llevaron adelante la obra en la que se habla y se reivindica al General San
Martín, además de realizar ciertas críticas humorísticas a todo lo que gira en
torno a los homenajes.
En la ciudad de San Salvador visitamos dos
espacios independientes. Por un lado la sala “El Pasillo”, una de las sedes del festival. El próximo 16 de
agosto el espacio cumple 3 años de la mano de Rubén Iriarte, quien es el dueño
de la casa donde tiene lugar la sala al estilo italiano. El espacio aún no está
habilitado como sala teatral por algunas cuestiones burocráticas; cuenta con
una capacidad para 100 espectadores. Una vez al mes aproximadamente brindan
funciones, de espectáculos propios o de otros grupos, cobrando una entrada de
$30.
Rubén trabajó durante largos años con
títeres, muchos de los cuales forman parte de la decoración del espacio. Él
dirige el grupo jujeño “Nueva Escena”, con quienes trabaja desde el año 1968,
cuando ingresó como actor. En la actualidad producen espectáculos como grupo y
con la participación de otros invitados.
Ante la pregunta sobre cómo percibe el
teatro jujeño, Rubén manifiesta que hay poco público, a diferencia de los años
50´o 60´cuando los espectadores llenaban los espacios todos los fines de
semana. Le consultamos por qué creía que sucedía esto, siendo que él mismo
había sido testigo de la existencia de un público que sí consumía teatro en el
pasado. Luego de un tiempo de pensar, reconoció no tener respuesta al fenómeno.
También visitamos “La Mar en Coche”, allí charlamos con Fabiola, quien lleva adelante
el espacio junto con su esposo Marcelo, artista plástico. Fabiola estudió
durante su adolescencia en la escuela de teatro Tito Guerra, ubicada en San
Salvador de Jujuy, y luego estudió actuación en la Universidad Nacional de
Tucumán.
El espacio se inauguró hace 4 años como bar
cultural, en donde se hacían intervenciones teatrales, obras, y recitales. Con
el paso del tiempo decidieron limitar la actividad a propuestas de teatro y a
muestras de arte plástico, y en la actualidad dos meses al mes abren sus
puertas para tales fines. La sala también es utilizada por los diferentes
grupos de teatro de la ciudad, que por $150 al mes tienen la posibilidad de
ensayar 3 veces a la semana durante 2 horas.
Durante el último verano, La Mar en Coche
abrió sus puertas al barrio y propuso talleres para niños, con la colaboración
de la Secretaría de Cultura de la provincia.
A lo largo de estos 4 años Fabiola, con un
gran apoyo de su familia, han aprovechado el espacio de la casa en la que viven
para ir lentamente acondicionándolo como sala teatral. Hoy cuentan una
habilitación como espacio cultural para 80 espectadores, consiguieron a fines
de 2011 un subsidio del INT para sala teatral, y con esfuerzo propio
adquirieron equipos de luces.
Esta sala no fue sede del Festival Nacional
a pesar de haber estado interesados en serlo. La explicación que recibieron por
parte del INT fue que la lejanía del espacio al centro de la ciudad haría
difícil la llegada del público al lugar.