miércoles, 26 de febrero de 2014

El Libertablas - Camilo Aldao, Córdoba, Argentina



Camilo Aldao es un pueblo de 5000 habitantes ubicado en al sureste de la provincia de Córdoba sobre la Ruta Provincial 12, a sólo 160 km de Rosario.

El pueblo fue fundado por José María Aldao a fines del siglo XIX. Su padre, Camilo Aldao, era militante del Partido Unitario y pertenecía a una familia oligárquica de Santa Fe. Cuenta la historia que después de algunos conflictos sentimentales, José María se fue del pueblo y nunca más regresó. 


El lugar fue poblado por comunidades italianas, españolas y en menores medidas belgas, árabes y yugoslavas. Es un pueblo un tanto conservador, por lo que llevó muchos años la aceptación y la instalación de las actividades artísticas, y nos cuentan que es un permanente trabajo de apertura y de intento de integración.

Calles de Camilo Aldao


Durante nuestra estadía en Venado Tuerto conocimos a los fundadores del teatro El Libertablas, única sala de teatro independiente autogestionada de Camilo Aldao y de sus alrededores.

El Libertablas, esquina de 3 de Febrero y Boulevard San Martín.
Mónica Dellacroce y Clemar Murphy nos abrieron las puertas de este espacio y nos contaron cómo le dieron entidad, no sólo como espacio teatral sino como referente cultural del pueblo: se dictan clases de teatro, danza contemporánea, tela y yoga; ofrecen funciones de obras de producción propia y grupos invitados; se organizan festivales de música, con artistas locales y de la región; es el único cine que funciona, ya que a principios de la década del 90´el histórico cine teatro Real fue vendido a una entidad comercial.




El Libertablas se fundó en 1993, alquilaron un ex local de ramos generales en la esquina de 3 de Febrero y Boulevard San Martín,  donde con el paso del tiempo armaron un escenario y colocaron 80 butacas donadas pertenecientes al viejo cine, celosamente conservadas en su estado original. El techo y los pisos son de principios del siglo XX. 

Telas en la sala
La vista de la sala desde la cabina

Con el paso del tiempo los dueños deciden vender la propiedad, fue entonces cuando la municipalidad compra el espacio y se lo otorgan al grupo en comodato para que lo sigan manejando conservando su carácter independiente y autogestivo.

Tras años de gran sacrificio y trabajo, les fue otorgado por el Instituto Nacional de Teatro un subsidio, y con un aporte de la Municipalidad, lograron en los últimos años construir una sala de ensayos, un hall de entradas y agregar baños.
           


El nuevo hall
Nueva sala de ensayo, taller de rock

Si bien la sala posee un alumnado adulto, en su mayoría quienes  participan de las actividades son niños y adolescentes, muchos de los cuales parten a ciudades cercanas a seguir sus estudios una vez terminado el secundario. Mónica y Clemar apuntan a este sector de la sociedad, mayoritariamente pertenecientes a la clase media, con el fin de generar nuevas inquietudes y vínculos con el resto de la sociedad que también se acerca a la sala convirtiendo la actividad en una multiplicidad integradora, de ahí a modificar de alguna manera ciertos posicionamientos conservadores característicos. Si bien les resulta difícil profesionalizar el aspecto artístico debido a que la mayoría de sus alumnos se van del pueblo siendo muy jóvenes, creen en la realización seria y con mucho compromiso de sus propuestas artísticas.


    

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